viernes, 28 de noviembre de 2008

La ciudad incómoda o que incomoda



Por: Mavi Robles Castillo

El radio de alcance de la violencia ha incrementado, eso es incuestionable. Las ciudades más afectadas se han unido a través de movimientos pacíficos ciudadanos como respuesta a la incertidumbre y el temor en el que se vive, marchas, manifestaciones, juntas, etc. Así sigue la lista de actividades llevadas a cabo por a ciudadanía con el objeto de contrarrestar esto, sin embargo la violencia es inherente al ser humano, no porque así lo deba ser, sino porque así hemos resuelto históricamente nuestras diferencias(o lo que sentimos es una amenaza contra nuestro ser), es decir esto no es nada nuevo, cambian los móviles pero no la forma.
En primera instancia tenemos una sociedad mexicana educada en el disimulo y la irresponsabilidad, una sociedad machista y una sociedad autodestructiva. Cierto soy mexicana y no soy la primera en decirlo, tal vez llamar a las cosas por su nombre les suene a pesimismo, lo entiendo.
Si pensamos en esos factores y revisamos nuestra historia política, social y cultural podríamos mejor bajar la guardia y esperar lo peor. No obstante creo que muchos mexicanos, por lo menos los más, tenemos agallas e inteligencia para combatir esto.
El problema radica en que combatir a los facinerosos que se asocian para delinquir, es lo mismo que combatir a nuestro propio gobierno, nuestras costumbres y nuestro significado de vida como mexicanos.
No represento a ningún partido, no me importa hacerlo, pero seamos sinceros, con esta estructura política, social y cultural no podremos combatir la violencia.
Necesitamos pensar en una autentica revolución de ideas, hábitos, costumbres y contexto y ella debe ser guiada por la sociedad pensante, por la masa autònoma que podemos ser, contrario a lo que se nos diga.
Pensar en una ciudad incómoda es muy interesante y pensar en reconstruir una ciudad que incomode es aún más seductor.

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